Valores por México

viernes, 16 de febrero de 2018

¡Progreso de verdad!


Sin duda el potencial que tiene nuestra costa, la tan ansiada Riviera maya, es vasto,  en mucho por su gente afable y trabajadora. Quién no ha disfrutado de gratos días y tardes veraniegos en  las costas del puerto más importante de nuestro estado: Progreso y sus alrededores, el más visitado por  los yucatecos dada su proximidad.

Sin embargo Progreso de Castro bautizada así en honor a su primer impulsor y promotor Juan Miguel Castro, es una ciudad que ha sido golpeada por los malos gobiernos que la han convertido en botín de mafias, rincón de las desoportunidades , ya es hora que por el bien de los progreseños y de muchos yucatecos que tenemos en esa ciudad nuestra segunda casa, se descubra el verdadero potencial que tiene el Puerto, elevando el nivel de vida de sus ciudadanos con una vida verdaderamente digna.

Cómo desperdiciar sus hermosas playas afectadas por la falta de un manejo ambiental sustentable, cómo seguir conviviendo con el problema de la basura,  del agua potable; cómo no promocionar sus desarrollos y lugares históricos, ahí está su hermoso Faro que por más de 120 años ha guiado a marinos y pescadores; qué me dicen de su rica gastronomía y su tradiciones portuarias, ¡vaya! Desde luego que implica una gran responsabilidad que conlleva dotar de infraestructura de primer orden al municipio, pero con inteligencia, sagacidad, empeño, profesionalismo, genuidad,  voluntad y buenos oficios se puede desarrollar.



En Progreso tenemos esa magnífica obra de ingeniería: El Muelle de Progreso, ¡ah qué gran Muelle! Adelantada a su tiempo esa gran obra de infraestructura danesa, supervisada en su construcción por ingenieros mexicanos, está hecha a base de concreto reforzado con acero inoxidable. Yo, como ingeniero que por cuestiones de trabajo, he tenido la fortuna y oportunidad de recorrer ese magnífico Muelle, hoy conocido como “muelle fiscal”  el más largo del mundo con sus 2.00 km originalmente y que en 1988 se le adicionaron 4000 metros más, ¡aun me sigue maravillando!

Sin duda Progreso necesita de un gobierno profesional que haga una realidad, entre otras cosas, un plan de Desarrollo Urbano, más aún, hace falta un Plan de Desarrollo que plantee objetivos a corto mediano y largo plazo y se plasmen para empezar ya, ¡a todos nos urge!

Nos puede desinflar recordar su historial político que ha dado al traste con el desarrollo de esta gran ciudad, pero ésta es la gran oportunidad: Progreso ya merece un cambio radical. Han sido años de la misma visión de mantener en los límites de lo posible la vida cotidiana en esta ciudad, ya se necesita un empuje y visión diferente que aglutine los esfuerzos de cada uno de los diferentes sectores en el municipio. ¡Lo grande y poderoso que puede ser el Puerto con el esmero y fortaleza de quienes quieren verlo resurgir de las cenizas!

Y porque Progreso lo merece, esperaría un cambio radical con esa visión de futuro y observando las circunstancias y vaivenes políticos, me parece acertada la también radical decisión de Julián Zacarías Curi, un tipo afable, profesional, empático, cercano a la gente y  que durante mucho tiempo ha construido un proyecto para Progreso, me consta,  para contender  a la Alcaldía en las próximas elecciones de manera ciudadana,  con la plataforma de un partido humanista como lo es Acción Nacional. Lejos de colores partidistas está preeminentemente la gente. Así que hago votos porque con ese cambio Progreso despegue de una vez por todas por su gente. ¡Que haya Progreso de verdad!

De remate:

Ojalá en las agendas políticas de los candidatos, estén las “agendas ciudadanas” con las organizaciones civiles de la sociedad, que vaya que tienen mucho que decir y aportar.

viernes, 2 de febrero de 2018

Y nosotros los ciudadanos ¿qué?

Me decía don Juanito: “esos políticos son la misma calamidad de siempre, roban, se aprovechan de los demás, quieren llevarse todo y están ahí sin importarles nada la sociedad” Don Juanito es un amigo trabajador de la carpintería que al igual que muchos de nosotros votará en estas elecciones.

Seguramente tú, amigo que lees estas líneas sientes algo de lo mismo, cierta o total impotencia ante el actuar descarado y voraz muchas veces, o un actuar quizás sutil pero igual de pernicioso, que observamos en el concierto de la Política. A esos no les puedo llamar políticos porque sería denigrar tan excelsa vocación. Afortunadamente no son todos y debemos estar observantes de esa condición. Quizás el desánimo es tal que parece irremediable vivir en estas circunstancias. ¡Pero no!.

“Si, si, no hay nada que hacer, son unos ladrones, la política es sucia, todos son iguales, votaré por el menos malo, votaré por quien me asegure personalmente un beneficio…” y así, un sin número de argumentos que nos mantienen en este marasmo y nos impide, como sociedad, romper con estas barreras que alimentan la acción dañina de muchos que se dicen políticos.


(créditos para el periodista gráfico)

Les hemos permitido tomar el control a éstos y nos hemos sometido, sucumbiendo ante la imagen casi regia de quienes simplemente son servidores públicos, los hemos endiosado tanto que después de ellos no hay nada que valga la pena…y en tanto no rompamos con esos paradigmas grotescos de sumisión ante la “clase política” que por otro lado han sabido sacarle provecho sutilmente al oficio de erigirse como los únicos que pueden proporcionarte bienestar, no avanzaremos en este ejercicio democrático que indudablemente es la herramienta para procurarnos el tan ansiado Bien Común.

Hace unos días tuve la oportunidad, convocado por la comunidad “Masters Yucatán” de la que formo parte, de escuchar al Dr. Luis Carlos Ugalde, ex presidente del Instituto Federal Electoral, (IFE) en aquel entonces y que durante su gestión se dio sin duda un gran avance en la Democracia de nuestro país, actualmente director de integralia consultores, que provee información privilegiada y de obligada consulta; pues bien El Dr. Ugalde pondría sobre la mesa entre otras una reflexión nodal, que al ser solventada por el colectivo, estaríamos dando el siguiente paso en nuestra incipiente democracia: ¿Por qué  la sociedad y en particular los jóvenes sienten ese desánimo por involucrarse o participar en la dinámica política de nuestro país?.

(Fuente internet)

Cabe aclarar que no es el involucramiento partidista sino en general la participación ciudadana en la toma de las decisiones que definan la actuación de los políticos y den rumbo a nuestro país, en otras palabras darle sentido a la democracia participativa.

Sin duda es una variable que tiene que ser respondida por cada quien, pero que de esas respuestas dependen tomar decisiones que rompan con esos estigmas y paradigmas que nos hagan involucrarnos más  en nuestra democracia.

El reto es claro: promovamos entre nuestras comunidades la Democracia participativa. Los procesos electorales son picos históricos que definen, para un periodo, una manera de administrar al país, a veces como golpe de timón, pero la coyuntura ciudadana en el día a día, participando en la toma de decisiones de nuestros gobernantes, ocasionará el bienestar de nuestras comunidades.

Habrá que aprender a organizarnos y dejar las mañas y vicios, las más de las veces inconscientes para poder avanzar, una tarea que nos compete a todos. Tenemos hoy más que antes los instrumentos propicios para lograrlo. No desperdiciemos la oportunidad, pensando en los nuestros y en los que vienen detrás.

Por eso celebro que se generen organizaciones de la sociedad civil como tantas existen hoy día, entre ellas Masters Yucatán, que promuevan concretamente la participación de grupos de personas interesadas en atender alguna necesidad en nuestras comunidades. A todas ellas y las que se sumen, siempre que sean íntegras ¡bienvenidas!

De remate:

Se viene un largo periodo de silencio electoral oficial, no sé si sea bueno o malo, pero esperemos que después de lo que han mostrado los “pre” candidatos, lo aprovechemos para un ejercicio de reflexión ciudadana, quizás sea difícil ante las tendencias pero que ¡no quede en cada quien!.