“yo diría que el machismo tanto
en los hombres como en las mujeres, no es más que la usurpación del derecho
ajeno. Así de simple” ¡caramba, qué alocución del Nobel de Literatura Gabriel
García Márquez! en diálogo con Plinio A. Mendoza plasmado en su libro “El olor
de la guayaba” así que me servirá ésta para dar contexto al tema de la equidad
de género en su conceptualización dentro de la política.
Lo primero que viene a mi mente
es la pregunta de: ¿por qué tiene que haber un encono tan marcado por la
manifestación libre de hombres y mujeres para reafirmar sus derechos,
específicamente los políticos? Es claro que la Democracia no ha sido justa con
los derechos políticos de las mujeres, a pesar que avanzamos aunque muchas veces a tropezones.
Las razones son dignas de un estudio sociológico y antropológico, sin embargo
no debemos esperar que todo acontezca de manera caótica y sin sustento, es
menester que pongamos sobre la mesa la sensatez, la prudencia, el reconocimiento
de la dignidad humana echando mano de la Filosofía. En política ya no basta y nunca
ha sido suficiente la sola promulgación de ideas fuerza.
Es una realidad que las mujeres
han decidido actuar y manifestarse para defender a ultranza lo que consideran como
sus derechos, pero en ese andar, irónicamente no lo han hecho al unísono sino
que algunas avanzan apresuradas dejando injustamente detrás a la mayoría. A
veces pienso que así les conviene a algunos liderazgos femeninos y masculinos.
Tal parece que su lucha es más aritmética y de porcentaje que en cuanto la
valoración de la dignidad de la persona, convirtiendo sus expectativas en un
mero cálculo reduccionista, como que uno es la mitad de dos. Sin embargo ese
esfuerzo ha dado resultados en nuestra democracia, ya veremos cómo se comporta ésta,
con las nuevas adiciones legales respecto a la paridad de género en las
próximas elecciones.
A partir de aquí ya veremos a más mujeres, sin duda.
Al respecto, la Reforma
constitucional del 2014 en materia político electoral en la que se reformaron,
adicionaron y derogaron diversas disposiciones de 30 artículos de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM), dando origen a
nuevas leyes secundarias y modificaciones a las que aplican, resultó bastante
amplia aunque poco específica, al menos
en el caso de la equidad de género que a mi parecer resulta muy tibia y más a
manera de recomendación en lugar de ser un mandato bien “fundado”. Todo parece indicar que se ha trabajado desde entonces en
aprender y estudiar por parte de los responsables en los institutos políticos y
de las autoridades electorales (nuestra autoridad local parece que va muy lenta
en ello). Sin duda será una prueba que esperemos no sea “costosa” para los
ciudadanos.
Así, en cuanto a la participación
equilibrada de hombres y mujeres en los procesos electorales, “paridad de
género”, a partir de estas elecciones el
Decreto con el cual se reforma la Constitución, en su artículo 234 establece
claramente que las candidaturas a cargos de elección popular para el legislativo, sean senadurías o
diputaciones, tiene que ser en igualdad numérica de mujeres como de hombres,
inverosílmente no se establece de la misma forma para los demás cargos de
elección popular en ayuntamientos ni puestos ejecutivos unipersonales, es más
ni lo contempla. Sin embargo la reforma a la constitución política del estado
de Yucatán en su artículo 16 apartado ”a”, sí garantiza, aunque ambiguamente,
pues no es especifico, la paridad de género para los cargos en ayuntamientos.
El tema ahí está, veremos cómo se aplica en las próximas elecciones, que por su
calidad de concurrentes, dada la gran envergadura del proceso en el 2018, resultará
trascendente dicha consideración.
Será de pronóstico reservado tal
responsabilidad no sólo para la autoridad electoral, los encargados de los partidos
políticos y sus militantes sino también para los ciudadanos; no quiero ser
pesimista pero veo en el horizonte una avalancha de impugnaciones ante las
autoridades electorales. No se si estemos preparados para sobrellevar la tan
ansiada paridad de género en nuestra democracia, los usos y costumbres en
nuestras comunidades así como un ambiente aún hostil hacia las mujeres e
incluso la posible violación de derechos constitucionales de terceros afectados por anteponer la equidad de género,
serán una amenaza. Es claro que aún tenemos camino que andar.
Por lo pronto como militante del Partido
Acción Nacional, y esperando ver más la participación de las mujeres, aunque independientemente de la cuestión de
género, tengo la expectativa que en esta ocasión sea candidata y eminente
alcaldesa la Lic. Cecilia Patrón Laviada, de méritos suficientes y probados
para cumplir con la encomienda de gobernar a la muy noble y leal Ciudad de
Mérida. Espero que la dirigencia del partido con los mecanismos elegidos para
seleccionar a sus candidatos y en el mismo sentido que la Ley mandata, visualice
con mucha responsabilidad y justicia esta oportunidad.
De remate:
Sin duda, es un tema
fundamental el de la Reforma Político Electoral y valdrá la pena leerla para
entender mucho de los procesos electorales que se avecinan. Les dejo un vínculo en donde pueden consultar el
Decreto a que dio origen tal reforma:
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