En este año
2018 ya muchos se frotan las manos como año electoral que es, sin embargo éste
como ningún otro es de gran trascendencia para el porvenir de nuestro País.
Siempre se ha mencionado la importancia de emitir el voto, sin embargo actualmente,
las tendencias son en función de campañas publicitarias, hoy mediáticas.
El no a la
corrupción, se ha hecho bandera de todos aunque ya en el poder cambian las
prioridades como por arte de magia y para evitar meterse en camisa de once varas
acuñan aún más la sentencia: “dejar hacer, dejar pasar” dando paso a la
impunidad, pero ésa sólo es una de las propuestas que bailan la danza de la
utopía y con las cuales parece nos hemos acostumbrado, sin duda fruto de una
cultura de no participación y exigencia a nuestros servidores públicos, más de
aquellos que se dicen políticos.
En estas
campañas volveremos a escuchar propuestas anquilosadas, eso sí, aderezadas de
un nuevo toque publicitario con la melodía de moda, con el político más
provocativo, con el más cándido, con el más payaso, con el mas… lo que ustedes
gusten y manden, total la publicidad aguanta cualquier candidez, pero siempre será
lo mismo, traído al derecho y al revés, pero lo mismo: Quizás hayan algunas
estúpidas innovaciones como eso de dar amnistía a los delincuentes o lo de la
pensión universal, ¡Vaya!.
La letanía de
propuestas que no cambian de un candidato a otro las podemos recordar y
enumerar con los ojos vendados he aquí algunas de ellas:
No a la
corrupción
Bote para los
corruptos.
Que se acabe el
fuero presidencial (como si fuera la panacea para terminar con una
problemática)
Que no suba la
tortilla, ni la gasolina.
Que se
incremente el salario mínimo.
Que se combata
la inseguridad.
Que haya más
educación de calidad
Multiplicar el
progreso y los beneficios
En nimiedades
están las diferencias, unos proponen que la nueva parafernalia del gobierno
lleve un águila mocha, otro que lleve algún aforismo popular, otro el “mover a
México”, otro hablando de la mafia del poder como queriendo resumir en esa
sentencia su rencor ante su impotencia (chance se le haga esta vez) lo cierto
es que sólo es: bla, bla, bla, y más bla. En cada proceso electoral padecemos
lo mismo y de esa forma no llegaremos a ninguna parte, eso sí garantizaremos
nuestro conformismo ante los retos que enfrentamos como Nación.
Claro, no es
que sean las propuestas en sí el problema, lo peor del asunto es que con ésas
ocurrencias de siempre, sólo movidas al
derecho y al revés, solo nos mantendrán en un compás interminable de espera
para el desarrollo de nuestro gran país.
Las propuestas
que hemos de escuchar todas tienen un corte administrativo y ya hemos visto que
no es suficiente, además con cada cambio de gobierno hay la capacidad para
lidiar con los grandes retos de gobernanza a los que enfrenta cada gobierno,
este barco ya sabe el camino. Claro que ¡cuidado!, hay por ahí un precandidato,
dueño de su partido que con sus ocurrencias puede desequilibrar seriamente a
este barco. Yo digo que lo que nos hace
falta son políticos valientes que se atrevan a promover la verdad, no su
verdad, sino la que la razón establece, gente íntegra (no santos, aunque fuera
preferible), congruente, sensata, preparada y que esté dispuesta con firmeza a
sentar de nuevo y de manera histórica los cimientos que reconstruyan una
sociedad justa y equilibrada que busque el pleno desarrollo de los ciudadanos.
Dónde están esos
políticos dispuestos a manifestarse por el sí a la vida, la promoción y defensa
de la familia, el respeto por la dignidad humana, el respeto a los derechos
humanos, la promoción de la libertad como principio básico de convivencia, que
hable de libertad de los padres para educar a sus hijos y no de imposiciones, siquiera
de obscenas ideologías que rayan en fantasías promiscuas, que impulsen el
involucramiento de los ciudadanos en las políticas públicas. Que motiven al trabajo
noble, que nos aseguren las garantías constitucionales. El reconocimiento de
nuestra cultura y de nuestra historia, que conjúguenlos verbos no sólo en
primera persona, y sobre todo que este´n dispuestos a defender a los niños de
cualquiera amenaza, que promueva mas oportunidades para los jóvenes, que eleve
la autoestima de la mujer con sus características biológicas y psicológicas,
que sin duda asi resultan el sostén de muchas familias… ¿Dónde están esos
políticos?. ¡A esos los estamos buscando!
Si no lo contemplan
en la rayuela política, los ciudadanos tenemos la obligación de fijar la agenda
política, ¡hagámoslo! Solo entonces será más fácil combatir la corrupción, la
impunidad y todos los males sociales a que estamos sometidos.
De remate:
Aprovecho
dirigirme a quienes nos acompañaron el año pasado y a quienes nos acompañen en
este, con su amable lectura, desearles lo mejor para ustedes y sus familias,
pero sobre todo que tengan la suficiente entereza para sortear con gran éxito cada
uno de los obstáculos que se presenten en el camino. A todos ustedes
¡felicidades!
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