Valores por México

lunes, 23 de mayo de 2016

¿"Felicidad"?

"El Gobierno de la República busca asegurar que, en nuestro país todas y todos los mexicanos, sin importar su condición o preferencia sexual, tengan la oportunidad de ser felices”

Esta fue la aseveración del presidente de la República para promover una iniciativa en relación a la mal llamada "teoría de género", la posibilidad del “matrimonio” igualitario.

Es de llamar la atención que lo haya hecho el día de en que se conmemora la lucha contra la homofobia, singular asociación que causa suspicacia porque polariza a la ciudadanía, creando intolerancia a la tolerancia en varios sectores de la sociedad, me parece que ante los bajos niveles de aceptación del presidente se la jugó, sin importar la trascendencia de una posible ley,  a todas luces injusta, por la afectación a la mayoría de una sociedad y que pretende estar acorde con una moda cultural mundial, nada más insensato indigno de un gobierno Patriota.

Quizás se quiso referir a las relaciones interpersonales entre personas sin importar el sexo y que podrían, para muchos, ser respetables incluso para mí, contratos civiles tal vez, pero haciéndolo igual a la FAMILIA, que no es moda cultural sino que se trata de una INSTITUCIÓN fundamento de la sociedad, me parece insensato y atentatorio contra los derechos de la mayoría de las personas.

No veo por qué el reduccionismos de hacer de una relación interpersonal un motivo de felicidad además una postura que concede derechos por decreto, es propia de un sistema totalitario; luego quizás venga la ocurrencia de que se prohíba la muerte, porque la vida es un derecho de todos los mexicanos y mexicanas... tal vez podrían decir que son excéntricas comparaciones pero leer los argumentos de quienes apoyan lo contrario, vaya que sorprende.

El trasfondo de ésta postura que tiene que ver con una ideología de género, plasmada por una minoría ciertamente, el 3.6% de las y los jóvenes encuestados, de una muestra representativa  en México, se reconocen como gays, bisexuales o lesbianas, según Encuesta realizada por el Instituto de Ciencias Jurídicas de la UNAM junto con el Instituto Mexicano de la Juventud, en 2012; y según el Censo de Población y Vivienda del INEGI del 2010, en el país hay casi 230 mil hogares compuestos por parejas del mismo sexo. Esto representa casi el 1% del total de hogares en México” datos últimos, es un aspecto sin duda cultural y no lo digo por la preferencia sexual, que esa ha existido desde el principio de los tiempos seguramente, sino por los términos “Género” e “Identidad”

Veamos… es innegable que la dignidad y el sexo en las personas es inherente a su condición humana; genitalmente hablando eres hombre o mujer y la dignidad es en cuanto tenemos alma o en cuanto tenemos valor como personas, como quieran, en tanto que el término género e identidad han sido acuñados convencionalmente por la cultura para manifestar una condición de preferencia. Así no podría decirse que el sexo de cualquier persona es construido por la cultura pero que tal como identidad por el género.

Eso ha ocasionado toda una revolución en la que se victimiza a una porción de la población que como seres humanos tienen dignidad y por tanto merecen respeto, pero que ha polarizado a la sociedad. El problema es ¿por qué afectarnos con una disposición inútil para la mayoría de las personas?

No caigamos en el garlito de la confusión, es importante tener los antecedentes e informarnos libres de todo prejuicio para que se tomen las mejores decisiones que hagan Bien común.
Es lamentable que sobre las rodillas sin consensuar con la mayoría de las personas se violente el concepto de Familia, que ese si es un derecho humano.

En este espacio manifiesto respeto por las diferentes formas de pensar y hago votos porque encontremos el camino adecuado al fin que pretendemos en la vida, sin embargo manifiesto mi derecho a defender lo que pienso y de lo que estoy convencido.

Por esa razón le pido al Presidente de la República Enrique Peña Nieto y a los Legisladores tomen en cuenta las voces que difieren de sus entusiastas propuestas y que les hagan una revisión consensuada con todos los sectores, que como están las cosas, éstas no abonan a la convivencia cordial con ni con las minorías ni con las mayorías.

De igual forma a quienes estamos convencidos del papel trascendente que tiene la Familia ¡defendámosla! no es cosa menor y busquemos los espacios adecuados para promocionarla.


¡Viva la Familia!


Carlos Simón

El Ingeniero

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