Algunos sin duda recordarán este
slogan publicitario de una institución bancaria, hasta la cancioncita resultaba
atractiva, pues bien si con el poder de
tu firma podías conseguir tus sueños materiales, según este banco, esta vez he de decirte que con el poder de tu
voto contribuirás a consolidar nuestra democracia y si no se cumplen tus
expectativas porque no ganó tu candidato
o candidata, no te preocupes seguro serás un activo constructor de la nación
que quieres para ti y los tuyos. Si es así enhorabuena.
¡Ah, nuestra incipiente
democracia! Sí, ésta en la que nos tocó vivir, tan imperfecta cual originada
por el ser humano; tan reciente como nuestra independencia en 1810, y consolidada
a lo largo de décadas con guerras intestinas durante el fin del siglo
antepasado y principios del siglo pasado hasta la promulgación de la
Constitución de 1917 en la que en un tiempo de tranquilidad relativa se
sentaron los cimientos para irle dando formalidad, a pesar de un presidencialismo
constitucional exacerbado.
Hemos elegido esta forma de
convivencia política que le viene bien a nuestra naturaleza y temperamento
latinoamericano. Da fundamento a nuestro
actuar en la política y que como tal debemos preocuparnos para que sirva como
instrumento de gobernanza.
Si estamos en un sistema
democrático lo menos que debemos hacer es privilegiarla, pues qué chiste tendría que vivamos en este
sistema y dejemos que unos cuantos tomen decisiones por los demás, y sin
embargo a ello nos tienen acostumbrado pretendiendo someternos. Si queremos
madurar tenemos que exigir que nos dejen de tratar como menores de edad que no
tienen posibilidad de participar en las decisiones o ser un simple espectador pasivo. La
ciudadanía, no es un rebaño de borregos, no una masa amorfa sin capacidad de
determinación y decisión, los ciudadanos somos hombres y mujeres libres, conscientes y responsables.
Platón en su gran diálogo de La
República (Politeia) sostuvo: para llegar a un óptimo régimen político hay que
educar a los ciudadanos. Sin educación, los hombres y mujeres de un país no
pasan de ser eternos niños, sujetos siempre a los mandatos despóticos de los
gobernantes.
Quizás parezca, que pase lo que
pase en la política actualmente o cualquiera que sea el rumbo que tome el
gobierno no te afectará considerablemente,
tal vez inmediatamente, espero que no te esté afectando el aumento en
los costos del gas o de la gasolina, pero es obvio que cualquier diferencia marginal en las decisiones que se
tomen desde el gobierno pueden dar al traste con tu bienestar y el de tu
familia, es histórico, sólo hay que ver el caso de muchos países
latinoamericanos, para mal en su generalidad o para bien. Pongo a colación el
comentario (será motivo de otra reflexión) que la segunda vuelta en las
elecciones en nuestro país amainarán la voracidad política de esos oligarcas,
hay que motivarla.
Dejemos la modorra y la apatía
democrática, ¡eduquémonos” inventemos siquiera personalmente, nuevas formas de
convivencia personal, familiar, vecinal, comunitaria, usemos las redes
sociales, como quieran, pero
¡participemos! que de lo contrario estaremos condenados a ser rehenes de una
oligarquía que día a día les sirve vernos de rodillas. Las frases en contra de
la participación política como: “a mí no me interesa la política, la política
es sucia, todo lo referente a la política es una porquería” etc resultan
enajenantes y a lo únicos a quienes les
beneficia hoy es a los que deciden por ti.
En estas elecciones manifiéstate
con “el poder de tu voto”
De remate:
Preparémonos psicológicamente que
a partir del 1 de abril seremos presa de
una andanada, casi basura auditiva y visual pero sobre todo psicológica, con
las mentadas campañas que emprenderán los candidatos, ya tuvimos una muestra de
ellos en las precampañas, sólo esperemos que sean creativos para que no sea tan
desagradable dicho periodo previo a las elecciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario