¡Vaya, vaya! Después de no
publicar, durante un lapso considerable, alguna idea en los espacios que me han
brindado para ello, hoy me encuentro haciendo público este gran evento, lleno
de emociones, algunas encontradas, pero todas ellas confinadas por el recuerdo
breve en el repaso de mis cincuenta años.
Bajo la premisa que
cuando escribo perpetúo mis ideas, hoy quiero recordar, agradecer, emocionarme, reírme y
hasta quizás dejar caer alguna lágrima por ahí mientras releo lo que en mi
borrador escribí de esta experiencia de toda una vida. Y sí, parece que fue
ayer cualquier anécdota que pase por mi mente, “recordar es volver a vivir” nos
decía la empresa Kodak y pienso que le atinó.
Los cincuenta años son un “impasse”
que me persuade como no ha sido en ninguna otra etapa de mi vida a meditar
acerca de cómo he vivido cada momento de ella y después de estos instantes
reflexivos, austeros, breves, extensos, gozosos, lacónicos, emocionantes,
platónicos, imaginativos, temerarios, con miedos, esperanzadores, grotescos,
accidentados, pecaminosos, de lucidez, de gracia, indulgentes, de alegrías, de
tristezas, y más, ojala la pudiera
resumir como Amado Nervo en su hermoso poema, En Paz, para el ocaso de la vida, sin embargo a
diferencia de esta condición yo debo exclamar: ¡Vida te debo aún más!
¡Caramba, 50 años! con un proyecto
de vida trazado a trompicones ,no puedo menos que agradecerle a Dios haberme
permitido llegar hasta aquí pero no hubiera sido posible sin la colaboración en
este plan, de mis padres: Doña Diani y Don Raul cuyos ejemplos de vida han
servido para forjar toda esta aventura, espero siquiera alcanzar la fortaleza y
entereza que les caracteriza. Agradezco también a mis hermanas Diani y Claudia
quienes aguantaron vara con el hermano mayor; por supuesto a quien ha sido mi
compañera por ya dos décadas, a mi esposa Wendy con mis cuatro hijos: Diego,
Mariana, Sofía y Javier ¡se me hace un nudo en la garganta!.
Entretanto esto escribo no puedo
evitar que escurra una lágrima, humedeciendo térsamente la hoja del borrador de
mi redacción haciendo que se corra la tinta y formando garabatos extraños.
Todos aquellos con los que he
interactuado de una u otra forma, así sea brevemente, han inscrito su nombre en
mi corazón y en mi mente, es fascinante hacer el ejercicio de recordar aquellos
momentos con amigos, maestros, alumnos, compañeros de trabajo, colegas,
vecinos, conocidos, incluso políticos, a todos ustedes les mando mis respetos y
mi cariño.
Sin duda algunos eventos muy
importantes en mi vida dieron sentido a mis actividades en mi actuar
profesional y familiar. Aun recuerdo esas aventuras cuando niño como repartidor
de volantes promoviendo el changarro familiar; vendiendo algunas revistas
escolares en la secundaria y preparatoria, y no puedo evitar reírme de aquellos
episodios que forjaron también el carácter, y ya más profesional en la
Facultad de Ingeniería después de las “cáscaras” del futbolito editábamos la
revista “Expansión 2000” de la cual fui Director general (aún conservo algún
número de la revista) de ahí salté a una gran experiencia en el Diario de
Yucatán, que aunque efímera, tuve el tiempo suficiente para conocer a un
Caballero en toda la extensión de la palabra a Don Carlos Menéndez Navarrete Director
en aquel entonces del rotativo más importante en el estado, y por supuesto tuve
la oportunidad de conocer a los que hoy son algunos de los periodistas y
reporteros más importantes e influyentes en Yucatán. Así que de ahí mi defecto por
arrastrar el lápiz para expresar mis ideas.
Por su puesto en mi desarrollo
académico me encontré con grandes maestros pero en especial aquellos que me
enseñaron el valor del esfuerzo, del trabajo y de la congruencia de vida, ¡ah
pero qué difícil! A todos ellos mi agradecimiento y reconocimiento. Ya en el
ámbito profesional tuve la fortuna de
tener grandes jefes que me enseñaron lo que es una empresa y el valor de
emprender, ¡qué fortuna! Y hoy día es un privilegio compartir con un gran líder,
jefe y amigo mi desarrollo profesional y quien me ha dado la oportunidad por
más de una década, de desarrollar la excelsa vocación del servicio público, le
mando mi gratitud y reconocimiento.
Con la tecnología que vivimos hoy
día y quién sabe qué más nos depare el destino al respecto, he tenido la ventura
de contactar a buenos amigos del “kind…” bueno de la secundaria y de la
Universidad, extrañamente no de la “prepa” tal vez haga mi grupo de “watsapp”
pero es sin duda reconfortante seguir en comunicación con buenos amigos y hoy
día todos gente de bien. A mis colegas ingenieros, ojalá tengamos nuestra placa
en la Facultad.
Un aspecto de suma importancia en
la vida de toda persona es cómo se conduce ante la vida y en ese tenor un
evento que me ha servido de dirección para guiarme, son las enseñanzas del Magisterio
de la Iglesia tan “traídas y llevadas”, pero uno de esos Maestros en la Iglesia
ha dejado huella en millones de personas en el mundo y no he sido la excepción,
Karol Wojtyla, Juan Pablo II, el Papa Viajero marcó mi vida con su ejemplo, con
su congruencia de vida, con su
pensamiento, con su santidad un gran hombre al que tuvimos la oportunidad y el
privilegio de tenerlo a unos cuantos metros en esta maravillosa tierra, en su
primera visita a Yucatán, ¡impresionante! Dio pie a las Jornadas Mundiales de
la juventud, y en una de sus alocuciones refiriéndose al Evangelio de San
Mateo, (nos) le dijo a los jóvenes lo que ha sido un ariete de vida: “ustedes son la
sal de la tierra… ustedes son la luz del mundo”, qué riqueza intelectual se
puede encontrar en la literatura prolífica de San Juan Pablo II, de mis Santos
favoritos.
Pues bien hemos llegado a la
parte final de este recorrido breve de mis primeros cincuenta años y llegamos a
lo más interesante, la lista de mis 10 canciones favoritas, difícil sin duda
porque me gusta escuchar música aunque depende de mi estado de ánimo hacerlo, así
pueden ser guapachosas, populares, clásicas, baladas, rock o hasta “regaaeton” pero
pues sin más preámbulos va (el orden esta vez no importa):
“Cantares” de Serrat; “Hasta que
me olvides” de Juan Luis Guerra; “Yo te propongo” de Roberto Carlos; “Tú de que
vas” Franco de Vita; “Ver llover” Raul Heredia; “Desde cuando” Alejandro Sanz; “La
Cosa más Bella” Ramazzotti; “No soy de aquí ni soy de allá” Alberto Cortez; “El
breve espacio en que no estás” Pablo Milanés; “Por el boulevard de los sueños
rotos” Joaquín Sabina y “Contigo aprendí” del Maestro y paisano Armando
Manzanero. Faltaron las 10 mejores en inglés pero esa para los próximos
cincuenta años.
Es así como dejo estos apuntes
para la posteridad y mi manera de celebrarlo, muchas gracias a todos quienes me
leen pero sobre todo a quienes han tocado un pedacito de esta experiencia de
vida.
De remate:
La alerta por episodios extraños
en la vida de nuestro país sin duda exacerba el sentido común pero me parece
que tenemos que ser sensatos y guardar la calma, bien valdrá la pena estar
preparados para momentos aciagos. En tanto Yucatán se hace fuerte ante las
oportunidades que se le han presentado, los gobiernos de Yucatán y de Mérida están
avante. ¡Espero no nos hayamos equivocado con el peje!
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