No dudo que el avance en la
Democracia para gobernar amerite nuevas formas de convivencia, no conveniencia,
que quede claro, una de ellas serán las alianzas. Desde el punto de vista
político son una posibilidad para gobernar sin embargo implica una madurez que
hoy día no la veo, aunque desde el punto
de vista ideológico me parece son un engendro demoníaco, no encuentro cómo
poder aterrizar Principios y Valores tan distintos en el quehacer del gobierno,
quizás dirán que se puede sacando lo mejor de unos y de otros, a lo que contestaré
¿y qué es lo mejor?
En México nos hemos vuelto muy pragmáticos,
aunque ¡cuidado!, irse por la libre atendiendo a la mezquindad del deseo
exclusivo de mayorías incluso de minorías, por ser “correctamente político”,
puede implicar retrocesos en la misma esencia de nuestra identidad como nación.
Es increíble como al momento de
iniciar un gobierno emanado de un partido político se puede desde el primer instante
mudar de piel ideológica, incluso anteponiendo los mismos valores y principios
fundamentales del partido político al cual se pertenece. Si bien se gobierna
para todos de lo que se trata es que ese “ente” político elegido gobierne con la congruencia de su
ideología, de su doctrina partidista, aunque hoy día, eso ha quedado atrás. Así
vemos ejemplos lamentables en todos los partidos, basta conocer los casos de corrupción
que los embarra.
Y es que el gobierno de un pueblo
va más allá de las cuestiones administrativas, se trata del bien común integral
que no sólo satisface las condiciones materiales de los ciudadanos sino también
las inmanentes, tema profundo que amerita ser tratado en el seno de los Partido
Políticos para ser entendido por éstos.
Si bien es cierto que ha sido oportuno
el “éxito” de las alianzas PAN-PRD, para acceder a los gobiernos en siete entidades
de nuestro país recientemente, el caso de Nayarit el más cercano, no veo más mérito que el haber llegado al poder. Acaso se
repartieron el pastel administrativo pero más no. Así vemos los casos de
Veracruz y Quintana Roo, que si bien es cierto es muy pronto para esperar un
cambio, no se oyen cosas diferentes a sus antecesores, más que éxitos revanchistas.
Ya los presidentes del Partido
Acción Nacional y de la Revolución Democrática: Ricardo Anaya Cortés y
Alejandra Barrales Magdaleno, se aprestaron hace unos cuantos meses, en la
víspera de la derrota electoral del Estado de México, con su gris candidata
Josefina Vázquez Mota y su malquerido Juan Zepeda Hernández, como estrategia mediocre
para intentar revertir la contundente derrota de sus partidos en esas
elecciones, tratando de que panistas y perredistas voten por uno u otro
candidato a última hora. Sin embargo de ahí se fue motivando una “Alianza
amplia opositora”, no sé si en contra del Partido Revolucionario Institucional
(PRI) o de Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Aun no se ponen de acuerdo.
El más aventado en el PAN con
este rollo, es el presidente de su comisión política, Rafael Moreno Valle, quien
se le ve muy activo promoviéndola a pesar de no contar con el apoyo al interior
de la estructura de ese partido aunque más grave aún resulta el caso del PRD en
el que su presidenta, encona a esos “caballos de Troya”, así llamó algunos de
sus correligionarios que intentan desestabilizar a su partido torciendo a favor
de AMLO aunque ella misma no descarta una alianza con este simpático pero real y
posible presidenciable, sin duda será de pronóstico reservado este asunto.
Me parece, finalmente, que hay
tiempo de una estrategia de gobierno sólida por parte de algunos partidos
políticos, la clave está al interior de los mismos, que sin ser ingenuos se
pueda basar en la concordancia interna entre dirigentes y militantes, sustentada
en la unidad de principios, de valores, de ideología, por supuesto en la
generosidad, sensatez de sus dirigentes, pero lo más importante es la humildad
de reconocer que no podrán solos y la mejor alianza es con los ciudadanos.
Remate:
En nuestra comunidad no sé si los
candidatos y aún más los partidos están entendiendo la tendencia en la cuestión
electoral, más aun hoy, con una militancia cautiva en cada uno de los partidos
políticos, se hace necesario que tenga la ciudadanía un papel más importante en
el juego interno de los partidos políticos, espero la tomen en cuenta.
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